lunes, enero 14, 2008

A mi ángel perdido...

Te caíste del cielo pequeña para vivir conmigo cuatro largos años, que ahora parecen tan poco, compartiendo de todo y siempre a mi lado, siempre tu carita preciosa y tus besos me acompañaron cada noche.

Ahora como siempre, añoro que te duermas sobre mi regazo mientras yo trataba de hacer cualquier otra cosa. Dulce y comprensiva sabías cuando estar y cuando dejarme tranquila.


Cuando todos se fueron, ahí estabas tú, cuando todo se derrumbaba a pedazos ahí estaba yo para decirte que siempre me tendrías para cuidarte. Perdóname mi amor si no supe hacerlo bien y hoy no se donde estás ni si voy a poder recuperarte. Perdóname mi vida.
Poco a poco y a cada embate pienso una vez más que nada es para siempre y aunque pienso con infinita rabia en aquellos que te apartaron de mi lado, espero que estés en un lugar donde puedas hacer felices a otros. Todo tiene un propósito o al menos eso quiero pensar ahora cuando me pesa tanto el alma.

Mi princesa preciosa gracias por vivir conmigo y por aceptarme y amarme tal y como soy, sin necesidad de cambios, reproches ni criticas, espero que sepas que yo nunca habría dejado de cuidarte y amarte hasta que fueras viejita como yo. Espero con toda mi alma que estés en un lugar feliz y con alguien que te quiere tanto, que ha sido capaz de separarte de mi.

Se que siempre estarás aquí, lo acordamos cuando naciste, hasta tu próxima vida, mi amor.

Tu mamá.

No hay comentarios.: